Carlos Gardel con la orquesta
de Alfredo de Angelis   

En 1974, Alfredo de Angelis, decidido a perpetuar la obra de Carlos Gardel, más apegado a su obra que a su mito, decidió realizar una reconstrucción técnica en estudio de veinticuatro canciones de Carlos Gardel, sustituyendo el acompañamiento de las tres guitarras de Ricardo, Barbieri y Aguilar por el de su orquesta.

  

A despecho de quienes, aunque con reconocible intención ditirámbica, hayan aludido al “mito Gardel”, EMI-ODEON demuestra todos los días, por medio de la emisión de la voz y el arte del gran cantor, que no hay tal “mito” sino una patente y constante realidad. Y por ser así, Gardel es todos los días noticia. Ahora lo es nuevamente: Carlos Gardel canta acompañado por la orquesta de Alfredo de Angelis. Anunciamos la buena noticia con este primer disco de esa conjunción anhelada y lograda Conviene, entonces, dar una sintética pero circunstanciada información del acontecimiento.

Introducir el acoplamiento de orquesta en las versiones con guitarras —que es de lo que se trata— sólo es factible en los casos en que dichas guitarras están por debajo del nivel de la voz de Gardel. Al mismo nivel es imposible. Por consiguiente, y contra nuestro deseo, algunas exitosas composiciones deben quedar lamentablemente al margen de esta realización.

Los arreglos orquestales de Alfredo De Angelis, dentro de su minuciosa estructura de adaptación, deben ceder buena porción a la subjetividad, pues sería ilógico borrar el primitivismo de las cuerdas acompañantes para introducir un inconciliable sonido enteramente moderno. Del mismo modo, el procedimiento guarda una prudente mesura ante las tentaciones que ofrece la actual técnica de grabación. Hoy las mesas de nuestros estudios captan hasta por ocho canales de recepción, y las versiones de Carlos Gardel más adelantadas para su época no pasaron de recogerse en un simple micrófono. Lo antiguo era una difusa compresión de sonido, sobre todo los agudos y los muy graves. La técnica perfeccionada al día, define todos los volúmenes de sonido con estricta fidelidad.

Nuestra orientación, pensada primero y practicada luego decisivamente, ha sido respetar los silencios y los respiros del eximio cantor; dejar resaltante la emotividad propia de esas bausas, absteniéndonos de llenarlas con acordes, y en cambio acudiendo con los acordes a superar los ruidos deslizados en la imperfección de los viejos registros.

Los prolijos arreglos de Alfredo De Angelis están integrados respectivamente por su parte personal de piano, las de los bandoneones y violines, y la del contrabajo. Es digna de señalarse la esforzada contribución de los miembros de la orquesta, porque la tarea común se ha elevado al doble, empleándose dos horas para el registro de cada tema.

Con la orquesta en la sala de grabación, en plena ejecución de sus partes y escuchando sus componentes la voz de Gardel por auriculares, la cinta fonomagnética queda impresa por siete canales, que pueden determinarse correlativamente así: 1) contrabajo; 2) piano; 3 y 4) bandoneones; 5 y 6) violines; 7) voz y guitarras. El trabajo técnico posterior insume largas jornadas y tiene un objetivo indubitable; graduar el tono del registro original de Gardel en la búsqueda del precioso equilibrio con el nuevo acompañamiento.

En esa labor de “mezcla” —para decirlo en el argot del oficio— es donde ingresa la reconocida pericia del maestro Carlos García, que, con la partitura orquestal en mano, indica al técnico, en plena acción, los pasajes importantes de cada familia orquestal o de cada solista. En el disco que presentamos está la culminación del trabajo, llevado a cabo con el fervor que el arte sin par de Carlos Gardel infunde y merece. Alfredo de Angelis estima que esta labor inicial y la que se ha propuesto seguir realizando será útil en la medida en que el oyente ponga el mismo fervor y siga entregándose a la seducción irresistible de la voz inmortal.